Las semillas de sésamo son muy ricas en hierro, calcio y otros minerales, en grasas esenciales y proteínas, por lo que están consideradas como uno de los alimentos imprescindibles para tu dieta, además de que su sabor es delicioso.
Aunque estas semillas son de pequeño tamaño, su aporte nutricional es muy elevado. De hecho, se caracterizan por la significativa concentración de ácidos grasos poliinsaturados (buenos), minerales, vitaminas y proteínas en su composición. Y lo mejor de todo es que se puede añadir a cualquier tipo de receta.
El origen del sésamo se encuentra en India y el continente africano, pero hoy en día se han domesticado diversas variedades de la semilla que se cultiva en muchos países. Otro detalle característico de este alimento es su versatilidad, puesto que es posible consumir el aceite y las semillas, con los cuales poseen numerosas propiedades para el organismo y beneficios que no olvidarás.
¿Cuáles son las propiedades de las semillas de sésamo?
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Hoy en día, la comida basura se ha interpuesto a las costumbres de la cocina tradicional, de forma que muchos productos, como las semillas, se han dejado de lado, reduciéndose drásticamente su consumo. Y es una pena, porque las semillas de sésamo o ajonjolí, aparte de contar con valores nutritivos más que considerables, permiten gozar de un sabor agradable añadiéndolas como ingrediente, ya sean tostadas o integrales, a todo tipo de platos: carnes, pescados, arroces, ensaladas, etc. Veamos a continuación sus propiedades.
Grasas insaturadas
Las semillas de sésamo son especialmente ricas en ácidos grasos omega 6 (ω-6 o linoleico) y omega 3 (ω-3 o linolénico). Son las denominadas grasas buenas, las cuales nuestro organismo no puede sintetizar y debemos ingerirlas mediante alimentos. Los ácidos grasos insaturados son de vital importancia para la salud, puesto que protegen la integridad del corazón y son beneficiosas en la prevención de la acumulación de colesterol en los vasos sanguíneos. Pero para el cuidado del corazón no hay nada como el aceite de oliva.
El ajonjolí como fuente de proteínas
Otra de las grandes cualidades de las semillas de sésamo es su riqueza en proteínas. Aunque no están presentes todos los aminoácidos esenciales, sí una gran parte de ellos, los cuales se pueden combinar con legumbres y cereales para satisfacer las necesidades del organismo. Por ejemplo, se puede disfrutar de las semillas de ajonjolí agregándolas a una magdalena para desayunar o al muesli.
Es una receta práctica y útil tanto para adultos como para niños, ya que supone un aporte de energía para realizar las tareas del día y mantener un metabolismo sano. ¡Ya verás cómo disfrutan con su exquisito sabor!
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Minerales y vitaminas
- Respecto a los minerales, las semillas de sésamo contienen hierro, zinc, magnesio, potasio y muchos más, pero destacan sobre todo por la presencia de calcio. El ajonjolí es uno de las principales fuentes de calcio que encontrarás en cualquier alimento. Esta razón las convierte en indispensables para la dieta de mujeres embarazadas, con déficit del mineral y en hijos e hijas. Su concentración duplica a la de la leche.
- En cuanto a las vitaminas, cabe mencionar que las semillas de sésamo aportan vitamina E, con conocidas propiedades antioxidantes y efecto neutralizador de los radicales libres. También se encuentran las del grupo B, las cuales mejoran la salud del tejido muscular y el sistema cardiovascular.
¿Qué beneficios aportan las semillas de sésamo?
Consumiendo habitualmente las semillas de sésamo, estos son algunos de los beneficios que se otorga al organismo.
- Control de la glucosa en sangre. Algunos estudios concluyeron que consumir aceite de sésamo regula el azúcar en sangre, una buena noticia para las personas que sufren diabetes.
- Regula la presión arterial, reduciéndola cuando existe hipertensión.
- Protección durante la digestión. La presencia de fibra en el sistema digestivo favorece el tránsito, combate el estreñimiento y cuida de la mucosa intestinal. También supone una defensa frente a la acidez y otras afecciones como la gastritis.
- Cuidado del corazón y el sistema cardiovascular. Las grasas esenciales protegen las arterias, disminuyen el riesgo de infarto, hipertensión y problemas derivados.
- Acción frente a la osteoporosis por la presencia de calcio.
- Prevención del envejecimiento prematuro, gracias a las vitaminas antioxidantes que hacen del aceite y las semillas de sésamo un remedio natural para mantenernos jóvenes y sanos.
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Semillas de ajonjolí: ¿cómo consumirlas?
Como explicábamos, las semillas de ajonjolí son muy versátiles, ya que se pueden elaborar decenas de recetas con ellas o con el aceite y la preparación es muy fácil. Sin embargo, antes de consumirlas, conviene tener en cuenta algunos puntos.
- Ábrelas antes de comerlas. Si no se abren primero, la absorción de nutrientes en el organismo será mucho menor, puesto que estas semillas se expulsarían del mismo modo que fueron ingeridas. Para que no ocurra, hay que molerlas con un mortero japonés. Su diferencia con los morteros tradicionales es que en el japonés hay estrías que facilitan la molienda del sésamo.
- Cómetelas tostadas o crudas. Se puede añadir a ensaladas, arroces, pescados, carnes, guisos, lácteos, yogur, muesli y otras recetas. Para tostar las semillas de ajonjolí necesitas una sartén, en la que solamente tienes que aplicarles calor hasta que hagan pop, al igual que ocurre con las palomitas. No es necesario utilizar aceite. Una vez las has tostado, tienes que molerlas. Notarás que su sabor es mucho más intenso y le dará un toque distintivo a tu cocina.
- Consúmelas rápido una vez se han molido. Esto no significa que debes usar el mortero cada vez que vayas a tomarlas, pero coge una cantidad que no dure demasiados días y almacénalas en una botella de vidrio bien tapado. Verás que las semillas se han pasado cuando están rancias, más o menos al cabo de 7-10 días.
- También puedes beneficiarte de sus propiedades mediante el aceite de sésamo, el cuál puedes integrar en pastas y ensaladas. No obstante, compra uno que haya seguido un proceso de prensado en frío para asegurar su calidad. Si es ecológico, estarás tirando el dinero por un sello que no garantiza dicha calidad.
- Prueba a preparar tahini. Para ello, pon en agua las semillas de sésamo molidas. La cantidad de agua que necesitas es la justa para que quede una textura cremosa. Además, añade otros ingredientes y especias para investigar nuevos sabores. El tahini se suele emplear como salsa.
- Otro producto a elaborar es el gomasio, también llamado sal de sésamo. En este caso, hay que mezclar sal marina con las semillas hasta que se forma una especie de pasta. Es un condimento rico para muchas recetas.
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Contraindicaciones y posibles efectos secundarios
- Cuidado con los alérgenos. El procesamiento del sésamo se lleva a cabo en industrias donde se trabaja con otros alimentos que pueden causar alergias. Si eres alérgico a este alimento no debes tomarlo bajo ningún concepto y, si no presentas reacciones alérgicas al sésamo pero sí a otros frutos secos, cereales, semillas o legumbres, lee detenidamente la etiqueta del producto.
- Hay médicos que no lo recomiendan durante el embarazo porque contiene lignanos, unas moléculas pertenecientes al grupo de los fitoestrógenos que podrían interaccionar con el desarrollo del embrión.
- No consumir si se padece diarrea, ya que contiene elevados niveles de fibra.
En conclusión, el sésamo se utiliza de mil maneras distintas en la cocina, para que nunca te canses de su consumo. Estas semillas forman parte de una dieta equilibrada y sus valores nutricionales contribuyen a la mejora de la salud. Además, ¡deleitarás al paladar!